Escrito por: Alex Warneke, Climate Science Alliance
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En la costa norte de Puerto Rico, a lo largo de un tramo de playa retirado, tablas coloridas de madera salen de la arena. Las frase “Lealtad a mi Tierra” se ve arteramente garabateada en una de las aproximadamente cincuenta tablas similarmente colocadas, cada una con su propio mensaje inquebrantable que proclamar. Pero, ¿qué están haciendo aquí?
En septiembre de 2017, los huracanes Irma y María dejaron a Puerto Rico arrasado, causando considerables impactos tanto a las comunidades humanas como a las ecológicas. Para esta isla caribeña, las consecuencias del cambio climático global continúan siendo viscerales e inminentes. Sin embargo, la historia de Puerto Rico no es una de desesperación, sino de resiliencia. Esta es la historia de DUNAS.
En colaboración con la arqueóloga Dra. Isabel Rivera-Collazo, la Climate Science Alliance (CSA), Para la Naturaleza (PLN) y otros grupos dedicados sobre el terreno se juntaron para el proyecto de DUNAS (Descendientes Unidos por la Naturaleza, la Adaptación y la Sostenibilidad) para restaurar las dunas costeras críticas del norte de Puerto Rico que fueron severamente degradadas por los huracanes. En su punto de máxima eficiencia, las dunas sirven como tope contra el aumento del nivel del mar y la severa actividad de tormentas - protegiendo a las comunidades humanas que dependen de ellas. Sin embargo, debido a la grave degradación de hábitat, la urbanización y crecientes amenazas climáticas a lo largo de la costa puertorriqueña, este servicio ecosistémico esencial ha sido amenazado. En este pequeño tramo de playa, mantener las dunas es una de las pocas soluciones para la resiliencia climática.
Más allá de proteger a los ecosistemas naturales a través de la restauración, DUNAS representa algo mucho más profundo. Oculto debajo de la arena, aún más profundo de las tablas de madera, existen lecciones y cuentos de años pasados que son críticos para la propia identidad de la isla. Las dunas simultáneamente resguardan artefactos y numerosas áreas de significado cultural. La Dra. Isabel Rivera-Collazo y su equipo están trabajando febrilmente para documentar este registro arqueológico tanto como sea posible antes de que los mares suban y todo se pierda. Trabajando con ecólogos y expertos climáticos para mitigar la erosión de las dunas costeras, el equipo está comprando tiempo para documentar y aprender de la comunidades del pasado sobre cómo se adaptaron a escenarios climáticos similares. La Dra. Isabel Rivera-Collazo reflexiona sobre el trabajo que está haciendo con DUNAS y en toda la región, “Lo que he aprendido a través de la arqueología es que somos más fuertes de lo que pensamos”. Desde esta perspectiva, proteger las dunas significa proteger el patrimonio de Puerto Rico.
Regresando a la playa, las tablas de madera representan una solución simple para un problema complejo. Cada pieza trabaja en conjunto con las otras para imitar las plantas que normalmente se encontrarían aquí si no fuera por la degradación del hábitat. Las tablas - restos de viejas plataformas de carga - actúan como un sistema de captación de arena y ayudan a estabilizar y reconstruir las dunas hasta que sean suficientemente grandes para restaurar con especies de plantas nativas.
El éxito de este proyecto se encuentra más allá de la acumulación considerable de arena que ha ocurrido en los últimos meses y las historias protegidas por los equipos arqueológicos en el terreno, y se refleja en las comunidades que lo están haciendo posible. Adyacente a las dunas restauradas residen las comunidades de Manatí y Vega Baja. Juntos con varias organizaciones comunitarias, individuos de estas comunidades fueron las personas capacitadas para crear e implementar la restauración entera. Como las mismas tablas de madera, ellos trabajan juntos para mantener a las dunas con esta solución colorida para su propia resiliencia climática. Son Descendientes Unidos por la Naturaleza, la Adaptación y la Sostenibilidad. Son DUNAS.
This project was made possible through a 2018 Climate Adaptation Fund grant from the Wildlife Conservation Society (WCS) entitled, “Puerto Rico se Levanta: Learning from extreme events to build and sustain a resilient future". Support to establish the Climate Adaptation Fund was provided by a grant to the WCS from the Doris Duke Charitable Foundation.